SILENCIO, SE RUEDA

30 mayo, 2016

Y yo me estreno como foto fija…

Lo primero que hice cuando supe que iría a hacer las fotos del corto Ni una sola línea, de Víctor Díaz Somoza, fue buscar información sobre el tema. De casualidad, di con el trabajo de fin de carrera de Ángel Mora, que se centra en este oficio. Es muy completo e incluye además entrevistas con algunos de los fotógrafos de rodaje españoles más importantes, así que me resultó de bastante ayuda.

Después de leerlo, me quedaría con la siguiente frase para resumir la fórmula del éxito: “Tienes que ser como un ninja”. Pasa desapercibido, no fastidies a sonido disparando en toma si no tienes blimp para insonorizar tu cámara, ten cuidado de no llevarte trípodes o cables por delante si no quieres que los eléctricos te odien… Sé rápido cuando puedas hacer fotos de escena y estate atento para captar lo más interesante del making of, pero no molestes, porque a fin de cuentas el foto fija es un personaje secundario.

Por contra, la cámara de cine y el operador son dos grandes protagonistas del equipo técnico. Esta es la razón por la que elegí como portada la foto de Octavio Arias subido en la grúa y con la Arri Amira en sus manos. La imagen del cameraman siempre funciona y además me pareció que ilustraba muy bien el título del post.

El segundo paso tras recopilar algo de información, fue hablar con el director para saber qué idea tenía él sobre las fotos. Me dijo que le gustaría que fueran rollo documental, de robar el instante. Y que además de los actores, todo el mundo tuviera su momento currando. En la imagen, un robado que le hice mientras observaba el combo justo antes de dar acción.

Julia Yago, jefa de producción, atendiendo a las actrices en la grabación de la primera secuencia.

Equipo reducido grabando en una de las localizaciones más complicadas del rodaje: un autobús alquilado para la producción.

Bianca González, jefa de maquillaje, retocando a Milagros Morón bajo la mirada sonriente de Gladys Guzmán.

Manuela Curtiss, atrezzista, colocando el oxígeno a una figurante para la recreación de una residencia.

Víctor frente al combo con Nadia Mata Portillo, script y una de los tres guionistas del corto.

Sergio Monjas, jefe de eléctricos, en un cambio de luces del set.

Ignacio Román Muñoz, jefe de sonido, poniéndole el micro a la actriz Reme Gómez en exteriores.

El despliegue técnico y los elementos que jugarían un papel importante como los travellings y la grúa, fue otra de las cosas que Víctor esperaba que quedaran reflejadas.

Para terminar, he elegido un par de grandes momentos con los que el director no contaba y que nos regalaron las actrices protagonistas.

En pleno descanso y para sorpresa de los que estábamos por allí, Selica Torcal se echó en brazos de Rares D. Varga (técnico de sonido), “un chico muy tímido” según ella, y al que consiguió sacar una sonrisa de oreja a oreja; a él, y a todos los demás que lo vivimos en directo.

Por su parte, Milagros sorprendió al equipo completo durante la comida con un número (disfraz incluido) con el que se metió al público en el bolsillo. Quizás no sean grandes fotos, pero me encantan por el buen rollo que transmiten.

Y hasta aquí, el making of del rodaje. Muy pronto, tendremos un post dedicado a estas dos geniales actrices y a su papel en Ni una sola línea.